Tipos de gemas usadas en joyería

Como todos sabéis, en joyería se utilizan dos tipos de materia prima para confeccionar las piezas: el metal, y las piedras.

Ya dediqué un post a hablar del oro, sus diferentes tipos y calidades, y ahora quiero hablaros sobre las gemas usadas en joyería… ¡espero que os resulte interesante!

 

Es un tema muy largo, así que he decidido hacer una serie de artículos que iré publicando mes a mes, para que no se haga aburrido.

Hoy os haré una introducción al mundo de la gemología, para explicar qué variedades de gemas existen y los distintos sistemas de clasificación que se utilizan.

 

 

 

 

¿Qué es una gema?

Existen varios miles de minerales conocidos en la naturaleza, pero de todos ellos menos de 100 se consideran de calidad gemológica.

Para que un mineral sea considerado una gema, debe poseer dos requisitos: belleza y dureza.

• La belleza de una gema se determina en función de su claridad, su brillo y su color.
• La dureza se basa en una escala llamada la escala de Mohs, siendo el 10 la dureza máxima (es la dureza del diamante). Para que un mineral pueda tener calidad gemológica, ha de tener una dureza superior a 6, aunque lo ideal es de 7 o más (esta es la dureza del cuarzo).

Si cumple ambas cualidades, se considerará de calidad gemológica y apto para usar en joyería.

 

 

 

¿Cuánto vale una gema?

El valor económico de una gema irá determinado por su belleza y por su rareza. Por lo general, cuanto más bella y rara es una gema, mayor será su valor, pero esto no siempre es así.

Existen gemas muy bellas y raras que son muy desconocidas y por lo tanto no alcanzan precios tan altos en el mercado como otras gemas, como el diamante, muy apreciadas, pero que en realidad no son tan raras.

 

 

 

Además de la belleza y la rareza, el precio se ve también afectado por otros factores, como:

 

Su tamaño: Obviamente, a mayor tamaño, mayor valor económico tendrá la gema, siempre que hablemos de piedras de la misma calidad. El tamaño de las gemas se expresa en quilates (ct), y un quilate son 0,2g. A igualdad de calidad, siempre va a ser (mucho) más cara una piedra de 1ct que dos piedras de 0.5ct.

El precio de las gemas por lo general se expresa por quilates.

Así, un cuarzo rutilado puede costar 2€/ct, mientras que un diamante costará 600€/ct si es pequeño, y muchísimo más si es grande.

 

Su talla: Y por talla, no nos referimos al tamaño, sino a la forma en que la piedra haya sido cortada. Existen numerosos tipos de talla, pero también aquí hay calidades. Escoger la talla adecuada, que resalte la belleza natural de cada gema, es esencial, así como que el corte sea preciso y de calidad.

 

 

 

Clasificación de las gemas:

La clasificación de las gemas siempre ha sido motivo de controversia, ya que hay tantos tipos, y tanta variabilidad dentro de cada uno de ellos, que resulta muy complicado establecer una clasificación que satisfaga a todos los expertos.

Tradicionalmente, las gemas se han clasificado siempre en dos grandes categorías: preciosas y semipreciosas.

 

Sin embargo, la definición de “piedras preciosas” ha variado mucho a lo largo de la historia. Antiguamente, algunas gemas como el ópalo, las perlas, o la amatista, eran consideradas preciosas.

Sin embargo, a mediados del S.XIX se descubrieron grandes yacimientos de amatista en Brasil y Uruguay, y esto causó que se reclasificasen las gemas, empezándose a utilizar la clasificación más conocida hoy en día.

Según esta clasificación, las llamadas piedras preciosas son únicamente cuatro:

• El diamante
• El zafiro
• El rubí
• La esmeralda

Todas las demás gemas, independientemente de su rareza, belleza, o valor económico, se agrupan en la categoría “semipreciosas”.

 

 

Sin embargo, a día de hoy esta clasificación se suele considerar antigua y obsoleta, ya que dentro de la categoría de “semipreciosas” se incluirían gemas muy apreciadas que pueden alcanzar precios muy superiores a las llamadas “preciosas” debido a su rareza, como por ejemplo la aguamarina, la tanzanita o la alejandrita.

De la misma manera, hay en el mercado infinidad de "piedras preciosas" (es decir, diamantes, esmeraldas, zafiros y rubís) que, aún siendo verdaderas y naturales, tienen un valor ínfimo debido a que su calidad gemológica es muy baja, debido normalmente a que son opacas en vez de transparentes.

 

Por estos motivos, existen otros sistemas de clasificación de gemas, que las dividen en grandes grupos:

• Diamantes y piedras de color
• Piedras naturales, sintéticas y de imitación
• Gemas orgánicas (coral, perla, ámbar, azabache…) e inorgánicas (casi todas las demás).
• Clasificaciones según su composición química

Cada una de estas clasificaciones daría para hablar largo y tendido sobre ella, pero al final todas son válidas y todas tienen sus excepciones.

 

 

 

El mercado de las gemas

Lanzarse al mercado de las gemas es un salto a la piscina.

A mí siempre me han encantado las piedras, y empecé a comprar algunas de mi modesta colección antes de formarme como joyera. Obviamente, pagué de más por muchas de ellas, y en algunos casos ni siquiera compré lo que creía que compraba.

 

 

En realidad, ahora mismo no me parece importante, porque se trataba de pequeñas piedras para mis primeras piezas, y siguen siendo bonitas… pero siempre es mejor estar informado para que no te den gato por liebre.

Es importante comprar siempre a proveedores de confianza, y huir de los chollos.

 

Existen en el mercado gran número de imitaciones y de piedras sintéticas, o a veces se vende una gema más común como otra más cara (sustituciones).

Por ejemplo, es muy común encontrar resinas pasando por ámbar, howlita teñida de azul pasando por turquesa, o cuarzos citrinos como topacios.

 

Los tratamientos también están a la orden del día, y aunque algunos están ampliamente aceptados y son prácticamente indetectables, como calentar las piedras para acentuar su color, otros, como teñirlas o irradiarlas, deben ser avisados.

Las piedras tratadas siguen siendo naturales, pero siempre se debe especificar el tratamiento al que han sido sometidas. Esto no significa que siempre se haga...

 

 

 

En definitiva, el valor de una piedra no está fijado:  es el que el comprador esté dispuesto a pagar.

Pero como en todo, hay precios justos y precios que no lo son tanto.

Para cada gema, suelen existir unos rangos de precio orientativos (entre A y B €/ct) de los cuales no deberíamos salir.

Si la consigues por menos de A... ¡enhorabuena!

Si, por el contrario, el precio es superior a B… ¡ojo! No necesariamente te están engañando: puede que estemos ante un espécimen de calidad excepcional que justifique el precio, pero no siempre es así.

 

 

 

Si te interesan las gemas y estás interesado en adquirir alguna, sobre todo si se trata de una piedra de un valor importante, es indispensable informarse muy bien antes, para poder conseguir un precio óptimo para tu compra.

Por supuesto, si tienes cualquier duda, no dejes de escribirme, ¡que estaré encantada de ayudarte!